La ciudad en la historia, Vol. 1 autor. Lewis Muford
Tesis
Este libro nos cuenta una gran diversidad de grandes cambios
que han existido en la ciudad que van formando de un objeto tras otro reuniendo
como parte de evidencias que se ha dejado nuestros pasados, sin embargo, es muy
interesante este libro, pues te deja un pensamiento profundo después de leer en
esta magnífico libro.
Prefacio
Este libro comienza con una ciudad que era, simbólicamente, un
mundo; termina con un mundo que se ha convertido, en muchos aspectos prácticos,
en una ciudad. Al seguir este desarrollo he procurado ocuparme muchas formas y
funciones de la ciudad, así como de los propósitos que han surgido de ella; y confió
haber demostrado que la ciudad tendrá que desempeñar en el pasado, si se llega
a despojar de los defectos de origen que la han acompañado en el curso de la
historia.
La ciudad en la historia reemplaza, dicho sea de paso, las
limitadas secciones históricas de la cultura
de las ciudades: partes de ese capítulo iniciales se encuentran ahora
integradas de la presente obra, que la supera en extensión más de dos veces.
Si de vez en cuando el lector tropieza con un fragmento en
ruinas de aquel edificio más antiguo, conservado bajo un edificio completamente
diferente, como un fragmento de la muralla servíana en México, no me vaya a
atribuir excesiva piedad.
Santuario, Aldea y Fortaleza
La ciudad en la historia.
La ciudad en la historia.
¿Qué es la ciudad? ¿Cómo se originó? ¿Qué procesos promueve,
que funciones desempeña, que propósitos cumple? No hay definición única que se
aplique a todas sus manifestaciones y una sola descripción no puede abarcar
sotas sus transformaciones desde el núcleo social embrionario hasta las formas
complejas de la madurez y la desintegración corporal de su senectud. Los orígenes
de la ciudad son oscuros, gran parte de su pasado está enterrado o borrado de
modo tal que resulta irrecuperable y es difícil apreciar sus perspectivas en el
futuro.
Si solo nos preocupa encontrar estructuras permanentes
apiñadas detrás de una muralla, eludimos por completo lo concerniente a la
naturaleza de la ciudad. Sostengo que para acercarnos a los orígenes de la ciudad
debemos completar la labor del arqueólogo que trata de dar con la capa más
profunda en que se pueda reconocer el vago trazado que indique un orden urbano.
Para identificar a la ciudad debemos seguir la huella hacia atrás,
desde las más cabales estructuras y funciones urbanas conocidas hasta sus
componentes originales, por muy remotos que estén en el tiempo, el espacio y la
cultura de los primeros tells (es
el resultado de la acumulación y la subsecuente erosión de materiales
depositados por la ocupación humana de un lugar durante largos períodos) que se
hayan excavado. Antes de la ciudad. Estuvieron caserío, el santuario, y la
aldea; antes de la aldea, el campamento, el escondrijo, la caverna y el montículo;
antes de todo existía ya la tendencia a la vida social del hombre comparte, con
muchas otras especies animales.
La vida humana se mueve entre
en 2 polos: el movimiento y el asentamiento. En cada una de las escalas de la
vida se cambia por movilidad por seguridad o, a la inversa, inmovilidad por
riesgo.
A medida que la ciudad adopte su forma, muchos otros elementos
se irán añadiendo; pero esos intereses axiales prevalecen como razón misma de
la existencia de la ciudad, inseparables de la sustancia económica que la hace
posible. En la más remota reunión en trono de una tumba o de un símbolo pintado,
de una gran piedra o en un soto sagrado, se encuentra el comienzo de una sucesión
de instituciones cívicas que van desde el templo hasta el observatorio astronómico desde el teatro
hasta la universidad.
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